La falta de sueño en adolescentes alcanza el grado de problema de salud pública

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El descanso por debajo de las 8-10 horas recomendadas para los adolescentes afecta directamente a su funcionalidad.

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Durante el último encuentro anual de la Sociedad Española de Médicos Generales y Familia (SEMG) los expertos han advertido que el descanso insuficiente o de mala calidad en la población joven ha llegado al grado de problema de salud pública, y que además tiene una importante dimensión social. La SEMG y la Alianza por el Sueño, en colaboración del Ayuntamiento de Granada, han organizado una actividad de educación para la salud destinada a los alumnos del Colegio Sagrado Corazón sobre la importancia de cuidar sus hábitos de sueño.

El descanso insuficiente o de mala calidad provoca somnolencia diurna, afecta a la a la salud mental y física y está asociado con problemas de atención, de memoria, de conducta, de cognición, de consumo de estimulantes, alcohol y drogas, así como la disminución del rendimiento académico.

Los cuidados de salud durante la adolescencia tienen efectos a largo plazo que se pueden manifestar en la edad adulta. El sueño es un factor clave para el desarrollo y el bienestar, y se considera entre los expertos tan importante como la alimentación y el ejercicio. En los últimos años, se ha implantado una cultura que acepta el deterioro del sueño y su calidad, sacrificando horas de descanso en favor de disponer de más para el ocio, el trabajo o estudio. Según la SEMG, esto está dejando “una profunda huella en nuestra salud y nuestras relaciones sociales”.

Alteraciones del estado de ánimo

El descanso por debajo de las 8-10 horas recomendadas para los adolescentes afecta directamente a su funcionalidad diurna tanto en el plano emocional (aumento de irritabilidad y tolerancia, ideación suicida), como social (dificultades para relacionarse, alteraciones del comportamiento, agresividad, conductas desajustadas, consumos de sustancias) así como su rendimiento cognitivo (problemas de atención y memoria, dificultades para fatiga, rendimiento deficiente, fracaso escolar) y a su salud (ansiedad, depresión, diabetes y un mayor riesgo de obesidad). El contexto sociocultural en el que vivimos no favorece que sean conscientes de la importancia de proteger su sueño (en tiempo y calidad).

«El sueño es necesario para vivir y tener un buen estado de salud. Se trata de una función vital para reponer la energía que hemos consumido a lo largo del día, limpiar nuestro organismo y conseguir tener la energía para poder hacer todas las cosas que tenemos que hacer al día siguiente y sentirnos bien», ha explicado Odile Romero, coordinadora de la Alianza por el Sueño.

La mitad de los niños y jóvenes, faltos de descanso

En el último estudio realizado por la Fundación Gasol, el estudio PASOS, se muestra que prácticamente la mitad de la población infantil y adolescente españoles (12-16 años) no cumple con la recomendación de horas de sueño de 10 horas y 9 horas, respectivamente, tanto para los días de entre semana como para los del fin de semana.

Según Lorenzo Armenteros del Olmo, miembro Alianza del Sueño y portavoz de la SEMG, «es necesario educar a la población, sobre todo en las edades más tempranas, sobre la importancia que tiene el sueño en nuestra salud, en nuestras relaciones sociales y en nuestra energía; conseguir un sueño de calidad y cantidad se prepara durante el día, y esto afecta directamente a la energía que tenemos para poder hacer deporte, para poder estudiar y memorizar, y todo ello afecta a nuestro patrón alimenticio».

El uso de pantallas

La incorporación de los dispositivos y la exposición a las luces azules en la vida diaria de los adolescentes ha impactado en sus patrones circadianos. El Estudio PASOS también refleja el aumento exponencial de la presencia de las pantallas en la vida diaria de niños y de los adolescentes. Según los resultados, 6 de cada 10 menores supera las 2 horas recomendadas de uso de pantallas entre semana, mientras que 8 de cada 10 supera la recomendación el fin de semana consumiendo más de 5 horas al día.

Esta tendencia está alterando los ciclos de sueño y vigilia en el menor, y más de la mitad (56,8%) de los adolescentes no cumple las horas de sueño recomendables, lo que está afectando a su salud psicológica y física ya que su estado de ánimo es más irascible y su nivel de energía es más bajo para poder realizar deporte debido a los niveles de fatiga física y mental.
“El uso creciente de las pantallas y la luz azul hace que se engañe al cerebro y que este piense que aún es de día, por lo que hace que se inhiba la producción de melatonina, lo que dificulta el inicio del sueño y provoca problemas a la hora de conciliar el descanso. Por ello, es fundamental concienciar a nuestros adolescentes sobre todo no usar dispositivos móviles en las horas previas a la hora de dormir porque producen una hiperactivación cerebral que afecta negativamente en la cantidad y calidad del sueño», explica Romero.

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